Por Emerson Gana, Director Creativo en Moov®
Sabemos que la creatividad es un factor clave en diversos ámbitos de la vida, tanto personal como empresarial. El proceso creativo es complejo y requiere de competencias que permitan convertir una situación actual en una nueva, aportando ideas innovadoras y soluciones. Y en estos tiempos difíciles, hay más desafíos en esta área, como ser más creativos con herramientas más limitadas.
Cuando tenemos una idea creativa, también deberíamos preguntarnos ¿logrará los objetivos que el cliente busca? ¿Tengo datos que respalden que será efectiva? ¿Voy a poder medir los resultados?
Es por eso que el proceso creativo debe ir de la mano con otras áreas estratégicas u objetivos de negocio. Y más aún en este periodo, donde los presupuestos se acotan y las marcas tienen dificultades: “tenemos que ser creativos para ser creativos”.
Mi recomendación es que hoy enfoquemos la creatividad hacia resultados medibles y al crecimiento de los clientes. Esto se puede lograr aterrizando las ideas, y trabajarlas pensando en lo que necesita una marca para conectar con su consumidor.
He visto cómo este proceso nos ha dado resultados en Moov®, ganando en el último tiempo grandes cuentas, como Finning Cat o Clínica los Andes.
Elementos que nos han permitido lograr esto:
- Ecosistema propio: En Moov® lo basamos en el Growth Marketing
- Estructura de trabajo:
- 1. Cliente: su situación, qué necesita, cómo está.
- 2. Proceso creativo adecuado a esas necesidades.
- 3. Trabajo en conjunto: Moov®, sus áreas y los clientes.
- 4. Resultados medibles.
- Profesionales: Un equipo sólido, enfocado en el crecimiento de las marcas.
- Áreas coordinadas: Un trabajo en equipo con creativos, áreas estratégicas, de investigación, junto al cliente, con la finalidad de lograr objetivos.
- Resultados medibles: acciones e ideas que funcionen, avalados con datos, procesos, y resultados medibles.